Cuando alguna vez me han preguntado si tenía alguna adicción siempre he contestado rotundamente que no, porque la verdad que nunca me he considerado adicta a nada.

Pero… ¡Nada más lejos de la realidad!

Yo he sido adicta a mis emociones de Tristeza y Victimismo durante muchos años.

De hecho, hasta que empecé mi camino de autoconocimiento fui adicta a mis emociones de tristeza. Y esa tristeza iba acompañada de una gran carga de victimismo que además de retroalimentar de nuevo la tristeza, también me hacía estar muy irascible y a la defensiva.

No puedo decir que todos los días fueran grises, por supuesto que no. Pero sí que puedo decirte que tenía muchos días donde me invadía el pesimismo y en ocasiones, aunque no hubiera motivos aparentes, yo creaba esos motivos inconscientemente para poder reafirmarme y justificar el estar en ese estado emocional de tristeza.

Inconscientemente me recreaba y me sumergía en esas emociones de baja vibración y mi vida se desarrollaba en esa misma sintonía. Así que si algo malo podía pasar, desde luego que sucedía. Reafirmándome en la creencia de que el escenario pesimista era el más probable, sino el único que podía sucederme.

Y como resultado de todo ello mis circunstancias externas me demostraban que tenía motivos suficientes para vivir desde ese pesimismo y negatividad que yo sentía.

Ironías de la vida, después de unos años de intenso trabajo personal, ahora mi marca personal se llama “Felicidad está en ti”. Y sé que hay muchas personas que no comparten esta afirmación y que les chirría porque todavía no lo han constatado en primera persona.

Yo hoy puedo decirte que cuando descubrí que todo empieza en mí y acaba en mí, fue una autentica revelación. Porque pensé que si yo había creado mi vida inconscientemente, ahora tenía la posibilidad de cambiarla creando la vida que quería y ahora poniendo mucha más conciencia en ello.

Utilizando la analogía de un juego de mesa, sería como querer jugar al juego de la vida, pero sin leerte las instrucciones, sin conocer las reglas que la rigen. Y aun así ¡pretender ganar!

Así que puedo decirte con total certeza que:

“Cuando te haces adicto a tus emociones

no puedes vivir la vida desde tu verdadera identidad”

Son tus estados emocionales los que crean tu experiencia de vida. Y no, tus experiencias de vida las que crean tu estado emocional.

Por eso es tan importante no quedarse anclado a esos estados emocionales negativos que se retroalimentan y te llevan a sentirte tan desdichado/a.

Y por supuesto que hay circunstancias en tu vida dónde tienes que permitir que afloren esos sentimientos de MIEDO, TRISTEZA, RABIA, VERGÜENZA, CULPA….

Pero una vez identificados no es cuestión de acrecentarlos, sino de reconocerlos para poder trascenderlos.

Cuando el cuerpo se hace adicto a algo siempre va a justificar que sigas ahí, aunque sea dañino para ti.

Porque cree que el cambio le supondrá un esfuerzo mucho mayor y no está dispuesto a salir de ese estado emocional adictivo en el que está inmerso, y que ahora ya no le supone ningún esfuerzo.

Un cuerpo adicto a sus emociones busca su «comodidad» y nunca tu felicidad.

Y aparecen todo tipo de resistencias para no cambiar, incluso somatizaciones físicas, autosabotajes, etc…

Y para empezar a salir de esos estados emocionales negativos, mi recomendación es:

  • Comenzar a AUTOOBSERVAR tus emociones.
  • Poner CONSCIENCIA en tu día a día y aprender a valorar todo lo positivo.
  • Formularte PREGUNTAS que te lleven a actuar diferente, como ¿Qué puedo hacer hoy diferente para sentirme mejor? ¿Y mañana?…
  • Desear CAMBIAR y COMPROMETERTE.
  • Valerte de las PERSONAS y HERRAMIENTAS apropiadas para ayudarte.
  • Y comenzar a VIBRAR en otro nivel de ENERGÍA para que tus experiencias empiecen a transformarse como tú quieres.

Me encantará leer en comentarios cómo es tu experiencia.

Photo by bearfotos – www.freepik.es

SI TE HA GUSTADO EL ARTÍCULO...¡COMPÁRTELO!
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
comentarios

Deja un comentario