La intención de este artículo es poder compartir mi experiencia personal y profesional como coach de vida en los acompañamientos en procesos de cambio con éxito de mis clientes.
Puede parecer fácil escribir sobre cómo conseguir un cambio exitoso. Pensándolo bien cualquier persona con un poco de sentido común podría plantearse un cambio desde la siguiente perspectiva:
- Conseguirlo trabajando concienzudamente.
- Con sacrificio y sin permitirse distracciones que perturben la consecución del objetivo final.
- Con mucha fuerza de voluntad para enfocarse en todo lo que hay que hacer para conseguirlo.
- Planificando exhaustivamente cada uno de los pasos a seguir para no desviarse del resultado deseado.
- Adoptando una actitud, tanto personal como con su entorno social, de contundencia, perseverancia e incluso manipuladora en pro de lograr las metas.
- Necesidad de apoyo y aprobación por parte de familia, amigos… para plantearse el cambio y encararlo con una mayor seguridad.
- Esperar a hacer el cambio hasta tener la certeza absoluta que es el mejor momento.
- No permitir acertar o equivocarse por miedo al qué dirán.
- Etc…
Refranes que fomentan esta visión del cambio:
- “Quien la sigue la consigue”
- “Sin sacrificio no hay recompensa”
- “Virgencita que me quede como estoy”
- “Más vale malo conocido, que bueno por conocer”
- “Manos callosas, manos honrosas”
- “El trabajo dignifica y robustece, y el ocio envilece”
- “El que algo quiere, algo le cuesta”
Yo no sé cuál ha sido tu sensación después de leer estos puntos, que por cierto podrían extenderse aún más, pero te puedo asegurar que a mí el simple hecho de escribirlos ya me provoca una gran sensación de esfuerzo y cansancio. Y que lejos de motivarme más bien me invita a no empezar ni a plantearme algún cambio.
Por desgracia esta visión tan pragmática e intransigente está bastante extendida y quizás sea uno de los muchos motivos por los que el cambio tiene tan mala imagen.
Acompañamiento de Excelencia-Emocional
Mi propuesta para una gestión eficaz del cambio pasa por contemplarlo como una oportunidad que la vida nos presenta, ya sea a nivel personal como profesional. Desde un acompañamiento con dirección firme pero sensible y al que me gusta denominar Acompañamiento de Excelencia-Emocional.
Desde este modelo de acompañamiento en los procesos, mi planteamiento es que las prioridades son las necesidades del cliente y que el plan de acción para conseguir el objetivo está al servicio de la persona y no al revés, por lo que la búsqueda de la excelencia en el proceso de cambio de la persona pasa por contemplar las posibles revisiones de su plan de acción teniendo siempre muy presente el equilibrio con las emociones que vayan aflorando en él.
Atributos necesarios para un cambio con éxito
La constancia, el poner foco, el tener un propósito inquebrantable, la observación de las emociones a nivel corporal, son algunos de los atributos fundamentales para cualquier cambio que nos queramos plantear y siempre alineado con el disfrute durante el camino. Junto con el deseo y la motivación por conseguir ese cambio tan ansiado. Para todo ello es fundamental la implicación y compromiso del coachee-cliente ya que como coach te guiaré e incluso podré dar luz a tu camino, pero sólo tu deseo firme de cambiar hará que la magia tome forma en tu proceso.
Los 10 factores necesarios en un proceso de cambio con éxito
A modo de resumen voy a indicarte los 10 factores que a mi entender no pueden faltar en un proceso de cambio para que resulte exitoso y perdurable.
- Compromiso en firme de la persona con su proceso, desde el deseo de cambiar para lograr ser su mejor versión.
- Capacidad de autorreflexión.
- Potenciar la apertura mental abriéndose a nuevas posibilidades.
- Adoptar nuevas maneras de actuar, creación de nuevos hábitos y capacidad de auto-revisión
- Trabajar la autoconciencia y la atención plena
- Aprender a identificar sus emociones a nivel corporal.
- Identificar si el cambio está en consonancia con sus Valores intrínsecos.
- Ser coherente con lo que piensa, dice y hace
- Encontrar el equilibrio entre el Hacer (plan de acción) y el Ser (consciencia)
- Capacidad de sorprenderse, ilusionarse y superarse.